Últimamente escuchamos por todas partes que el plástico es un material con pocas ventajas y, en algunos casos, no recomendable. Pero lo cierto es que los plásticos no son tan malos, simplemente hay que aprender cómo y para qué utilizarlos.

Así como a que, una vez que no nos sirvan, reciclarlos adecuadamente para poder darles una segunda vida y contribuir a reducir la contaminación. El plástico, es un material que si se utiliza de forma responsable y consciente, ofrece grandes posibilidades.

 

¿Por qué los plásticos no son tan malos?

 

¿Por qué los plásticos no son tan malos? Cuando decimos que los plásticos no son tan malos, lo hacemos basándonos en nuestra experiencia y en las evidencias que se han sucedido desde que se utilizan los materiales plásticos.

Es decir, no se puede negar que el plástico si se utiliza de forma incorrecta y los residuos que se derivan de él no se tratan adecuadamente, pueden calificarse como “malos”. Aunque por el contrario, si se hace un uso del plástico responsable y se gestiona de forma correcta, nos aporta una serie de ventajas que no tendríamos con otro material.

Una de ellas es que el plástico es un material idóneo para la fabricación de multitud de envases, ya sea para contener alimentos, cosméticos, productos de limpieza, etc. Al utilizar materiales plásticos para su fabricación, que no son tóxicos y completamente seguros para las personas, se reducen los costes de producción, ya que es un material más económico. Y esto repercute también en el precio final que paga el consumidor por la adquisición de un producto; además de que también influye en que los costes de transporte se reducen y la comodidad de su manipulación es mayor.

El problema llega cuando esos plásticos no se gestionan con responsabilidad y coherencia, y en lugar de reciclarlos y emplearlos para fabricar nuevos productos, se desechan contaminando al medio ambiente.

Existen plásticos biodegradables y otros que no lo son, y hay que destacar, que en el caso de los materiales plásticos no biodegradables, si su gestión final se realiza correctamente, pueden aportar beneficios medioambientales.

Alrededor de todo el mundo encontramos plantas de tratamiento de plásticos donde todo tipo de productos y plásticos pueden ser reciclados. Se gestionan para darles una segunda vida y poder reutilizarlos para la fabricación de múltiples productos como teléfonos móviles, bolsos y accesorios, utensilios para la cocina, en el sector automoción, bolígrafos y material de papelería, entre otros muchos.

En Glasform, especialistas en manipulado y termoconformado de plásticos, trabajamos con total responsabilidad nuestros materiales plásticos, cumpliendo todas las normativas de reciclaje y tratamiento de plástico. Contribuimos a un mundo más sostenible con prácticas consecuentes y respetuosas con nuestro planeta.