Si su uso es responsable, los plásticos tendrán mucho futuro. De hecho el plástico es un material imprescindible para el futuro.
Por lo general se suele tener la creencia de que tenemos que reducir el uso de plásticos para que nuestro planeta sea más sostenible. Sin embargo, ¿Esto es así en realidad o es una afirmación errónea? En el artículo de hoy vamos a tratar este tema que tanta controversia genera hoy en día.
Para conseguir un mundo más sostenible es crucial hacer una buena elección de materiales. Y el plástico es uno de los que hay que elegir. Es un gran aliado en muchos casos, entre ellos para conseguir un mejor aislamiento en viviendas, fabricar placas solares, vehículos eléctricos que además sean más ligeros, etc.
De hecho, sin los plásticos será imposible conseguir los Objetivos de Desarrollo Sostenible. Pero por desgracia, muchas personas solo se quedan con una visión muy general de lo que supone este material, utilizado en muchos casos para un solo uso. Por ejemplo para envolver alimentos y otros productos. Y la clave está en reciclarlos para que su vida sea ilimitada, y el aparente residuo se convierta, una vez tras otra, en un nuevo recurso.
¿Cómo el plástico afecta a las generaciones futuras?
El mal uso del plástico es el que puede poner en riesgo a las generaciones futuras. No en sí el uso de este material si se hace de forma responsable como venimos insistiendo.
Hay mucho desconocimiento al respecto, y es necesario que se entienda por qué el plástico no es tan malo como parece. Aquí podemos utilizar el dicho de que las apariencias engañan. Dale la vuelta y en lugar de plantearte no usar el plástico, cuando lo utilices recíclalo en el contenedor correspondiente. Y los residuos plásticos serán enviados a una planta de reciclaje donde le darán una nueva vida.
Si queremos ser más sostenibles y dejar un mundo mejor a nuestros hijos y nietos, lo que debemos hacer es buscar formas de reutilizar los plásticos, no de dejar de utilizarlos.
¿Qué consecuencia se prevé si continúa el problema del plástico?
El único problema del plástico es que este no se recicle de la forma adecuada. No otro. Por lo tanto, no habrá consecuencias negativas, sino todo lo contrario, si las empresas de reciclaje recurren al reciclaje químico en lugar de al reciclaje mecánico. Vamos a ver por qué.
Siempre se ha reciclado el plástico mediante el reciclaje mecánico. Pero de esta manera solo se logra reutilizar un 30% del plástico que circula por el mundo. Y con esta técnica lo que se hace es separar el plástico en función de su tipología, para después darle calor y fundirlo con el fin de darles la nueva forma que se requiera.
La cuestión está en que no todos los plásticos admiten este proceso. Se puede hacer con los termoplásticos, tales como el polipropileno, el PET, o el polietileno. Esto se debe a que se pueden fundir porque están hechos de un solo polímero y no llevan ningún otro componente ni ningún aditivo.
Así que el reciclaje mecánico no es viable para reciclar plásticos que no se pueden fundir al aplicarles calor. Es el caso del poliuretano o del epoxi. Ni tampoco funciona con mezcla de plásticos o plásticos que llevan cartón y no se pueden separar con facilidad. Lo que ocurre en algunos envases de alimentos como los bricks de zumos.
Entonces, ¿Cuál es la mejor solución? Recurrir al reciclaje químico para subsanar las limitaciones del reciclaje mecánico. Y consiste en descomponer de manera química el plástico para volver a crear plásticos con una muy buena calidad. O en otros productos como combustible por ejemplo.
Gracias al reciclaje químico se descomponen los plásticos en moléculas, con las que se pueden dar lugar a nuevos polímeros. Se reutiliza el total del residuo plástico para fabricar más plásticos u otros productos, con lo cual se logra que tenga una vida infinita y que no contamine.
La circularidad del plástico es el objetivo. No dejar de utilizarlo.